perdí un empleo.. muchos amigos quedaron allá, intenté hacer algunos nuevos que sólo me han sabido ignorar.. perdí palabras para decir.. mucho del ímpetu que forje y todo mi frenesí.. perdí todo el tiempo que sacaba de la nada y con el que tantas tonterías ideaba que te pudieran hacer reír.. perdí la confianza ciega en la que mucho creía.. y todas las caricias que de mí nacían.. perdí mi ego y mi orgullo visceral.. y con él arrojé al viento todas las cosas que no quisiste abrazar.. esas diferencias que sembró la inconstancia y los descuidos que apagaban luces en nuestro ir.. y entonces acudí a ti; faro de mis dolores y de mis sentimientos mejores.. el más alto y más grande sabino que jamás había conocido.. para que escucharas mis temores y me compartieras vibra henchida.. en racimos invisibles de fe y vida.
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